Medir y mejorar las prácticas docentes es el gran desafío que se
impuso un equipo del Centro de Investigación Avanzada en Educación
(CIAE) de la Universidad de Chile, liderado por Pablo Dartnell e
integrado por un amplio grupo de investigadores, entre los que cuentan,
Roberto Araya, Beatrice Avalos y Patricio Rodríguez.
El proyecto, que será financiado por FONDEF, tiene por objetivo crear un
sistema de soporte para docentes de enseñanza básica, específicamente
de matemáticas, que les permita obtener retroalimentación inmediata
acerca de su desempeño en clases, y así, mejorar la calidad de la
enseñanza y su efectividad.
“La idea –explica el director de esta iniciativa, Pablo Dartnell- es
apoyar a los profesores adentro de la sala de clases a través de un
sistema que les reporte en el mismo momento, de forma on line, cómo va
su clase en cuanto a las estrategias que está usando, si puede mejorar,
si está pasando la materia de acuerdo a su planificación, e incluso, si
los alumnos están participando. La finalidad es lograr que el docente conozca mejor sus prácticas actuales y que sea capaz de mejorar sus estrategias de enseñanza, al
identificar las buenas y malas prácticas, generando un impacto positivo
en el desempeño de sus estudiantes”.
El sistema que se propone implementar consiste básicamente en la
instalación de micrófonos dentro de la sala de clases que registrarían
tanto el discurso del profesor como las intervenciones que realizan los
alumnos durante la clase. A través de un software, el audio se
traspasará a texto, para luego analizarlo en base a la frecuencia de la
aparición de palabras, frases y otras técnicas, detectando contenidos y
prácticas pedagógicas, generando reportes que recibirá el docente de
forma inmediata en su notebook junto con algunas recomendaciones.
El sistema –explica Dartnell– sugerirá afianzar ciertas estrategias y
disminuir otras. Además, en el caso de que los estudiantes utilicen un
sistema en línea de tareas y pruebas, se les podrá entregar un análisis
del impacto de las estrategias docentes en el desempeño de los
estudiantes.
Para el investigador, la principal ventaja de este proyecto es la
posibilidad de entregarle al profesor la oportunidad para mejorar sus
estrategias y prácticas en el momento, al ofrecerle un sistema de
retroalimentación formativa y en tiempo real. Si bien, este sistema
permite una autoevaluación, “no es una herramienta para evaluar al
profesor, la idea es ayudarlo”. Por lo mismo, toda la información que se
genera es de carácter confidencial, aseguró.
Buenas prácticas mejoran el aprendizaje
Según el experto, para mejorar la calidad docente es necesario mejorar
el sistema de evaluación de prácticas docentes. Sin embargo, éstas
suelen ser muy caras y los resultados llegan con mucha tardanza.
Actualmente, el sistema de evaluación de prácticas docentes consiste
básicamente en visitas al aula o en el análisis de videos de las clases
por parte de expertos. Sin embargo, esto tiene múltiples debilidades:
genera aprehensión y resistencia por parte del docente; no ofrece una
retroalimentación inmediata ni formativa; no hay relación con la
planificación de las clases; y falta relación con el desempeño de los
estudiantes, entre otros. A esto también se suma la poca efectividad de
las capacitaciones para mejorar las prácticas docentes.
Según un estudio realizado en Estados Unidos, un docente requiere al
menos 200 horas de capacitación al año para adoptar un material
instructivo, lo cual significa más de un mes de dedicación exclusiva.
Para Dartnell, en general, “las capacitaciones que se realizan nunca se
traspasan. El profesor sale motivado, pero cuando llega a la sala de
clases sigue haciendo lo mismo, porque lo que realmente necesita es
retroalimentación, un acompañamiento permanente y eso es imposible, es
caro, muy lento y el docente se siente vigilado”.
Resolver todos estos problemas es el gran desafío que enfrenta este
proyecto, el cual busca acelerar el aprendizaje de buenas prácticas y la
adopción inmediata de éstas dentro del aula a través de un sistema que,
a diferencia de la evaluación tradicional, sea confidencial, objetivo,
continuo, oportuno y de más bajo costo.
Etapas de desarrollo
El diseño de este sistema considera tres etapas: la transcripción del
lenguaje hablado a texto; la implementación del sistema de auto-soporte
para analizar el texto transcrito de acuerdo a las prácticas docentes y
contenidos que se pretenden estudiar; y la validación experimental del
sistema en el contexto real donde se utilizará, es decir, dentro de la
sala de clases.
Para esto, se han dispuesto diferentes equipos de trabajo que contarán
con participación de diferentes profesionales e instituciones. “El
proyecto está radicado en el Centro de Investigación Avanzada en
Educación, pero contará con el apoyo de la Asociación Chilena de
Municipalidades y la Escuela Santa Rita de Casia, donde se realizarán
las primeras pruebas; la contribución del Centro de Modelamiento
Matemático de la Universidad de Chile; y el Instituto de Tecnología del
Lenguaje de la Universidad Carniege Mellon de Estados Unidos”, explicó
Pablo Dartnell.
El proyecto tendrá una duración de 36 meses y se implementará
exclusivamente a las clases de matemáticas en educación primaria, de
segundo a octavo básico.
Fuente: CIAE